sábado, 14 de marzo de 2009

Andrómeda: Constelación y leyenda


 
En la Grecia antigua se tejieron hermosos mitos y leyendas uniendo las estrellas que iluminaban el negro cielo en constelaciones.

Los protagonistas de estas historias aún se encuentran titilando en la noche, a la espera que levantemos la vista y los descubramos. A pesar de que sus estrellas componentes no gozan de gran brillo, la constelación de Andrómeda goza de fama, en parte gracias al mito creado en la antigua Grecia.

Esta constelación que perdura desde tiempos remotos, tiene como estrella principal a Andromedae, conocida también con los nombres de Alpheratz o Sirrah, y se trata de una estrella binaria blanco-azulada. Además, esta estrella es compartida por la Constelación de Pegaso, ocupando la esquina noroeste del cuadrado que conforma esta constelación.

Otras de las estrellas que le dan forma a Andrómeda son Mirach, Alamak, Venaticorum, entre otras. La estrella conocida como HD 10307 y que también forma parte de Andrómeda, es considerada como la estrella con más parecido al Sol y que podría generar alguna forma de vida. Se ubica a 41,2 años luz de distancia del Sistema Planetario Solar.

La mejor época del año para apreciar la Constelación de Andrómeda es durante el otoño y el invierno, estaciones durante las cuales permanece en el cenit del cielo. Sin embargo, habrá que hacer un esfuerzo para identificarla, ya que no guarda mucha relación con la forma de una mujer.



La historia que cuentan los griegos la relacionan con Perseo, cuya constelación se sitúa muy cerca a la de Andrómeda. La leyenda cuenta que Casiopea, reina de Etiopía, alardeaba constantemente sobre la belleza de su hija Andrómeda, llegando a decir que era más hermosa que las Nereidas, hijas del dios Poseidón. Al enterarse de esto, las Nereidas le pidieron a su padre que vengue tan afrenta. Con tal resolución, Poseidón envió a destruir las costas del país a Cetus el monstruo marino. El rey Cefeo, temeroso por la situación acudió al oráculo, obteniendo como única solución el sacrificio de su hija Andrómeda. Una vez que la hubo atado a una gran piedra en el mar y esperando su destino, Perseo la vio desnuda y bella, e inmediatamente se enamoró de ella. Acordó con sus padres que la rescataría siempre y cuando se la prometan en matrimonio. Perseo cumplió lo pactado, sin embargo los padres de Andrómeda ya la habían prometido a Fineo. Perseo, quien había derrotado a Medusa cortándole la cabeza, luchó contra los que se opusieron al matrimonio, llegando a convertir en piedra a los propios padres de la bella Andrómeda. A su muerte, la diosa Atenea se encargó de elevarla a los cielos.

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